Hay canciones que te incitan a escribir, te empujan, y cada vez que escuchas aquellos acordes el corazón se encoge un poco pero con sus últimas fuerzas logra palpitar.
Mi cuerpo es una máquina de sensaciones, las da y las recibe. Muchas veces los filtros encargados de impedir que cierta sensación penetre fallan... poros, orificios, diminutas entradas y salidas.
Si hoy tan sólo tuviera la certeza de que todo saldrá bien y que todos estos filtros volverán a adecuarse para así bloquear cierta información y dejar pasar la que realmente el cuerpo necesita.
Pero a su vez son todas aquellas sensaciones inesperadas, que nos sacan de nuestras predecibles y monótonas vidas, las que logran despertar esa pequeño león y consiguen derramar sangre como gotas de petróleo en un blanco telar.
Duerme.
lunes, 23 de noviembre de 2009
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