Un amigo que hace mucho no veo entró a este su blog y me mandó un mail que quisiera yo compartirles.
He aquí:
"Hey, leí tu blog por mera curiosidad. Quería dejar un par de comentarios pero al final me pareció más bien de hueva tener que registrarme, así que mejor te los digo aquí más fácil. Me parece perfecto que hables mal de tu madre y de tu trabajo y que tengas un blog para eso, pero, ¿qué culpa tiene el pobre japonés de la foto que ilustra a los hikikomoris?. Por otro feliz no cumpleaños y si no te gusta tu trabajo, renuncia, pero hazlo con estilo y hazlo en grande, se siente increíble. No estoy en la posición de ofrecerte trabajo que bastante me cuesta tener el mío y hacer lo que me da la gana, pero igual avísame para que me cuentes o namás para ver qué tienes que decir."
Ahora, yo quisiera escribir algunas cosas:
1) No sean huevones y regístrense para dejar comments, la pereza es un pecado capital, no caigan en ella.
2) Me parece perfecto que a Rodrigo le parezca perfecto que hable mal de mi madre, lo seguiré haciendo
3) El hikikomori en realidad no tiene la culpa de nada, al menos en mi vida, porque no creo que sus padres piensen lo mismo que yo. (Chequen este artículo, un poco extenso pero sin duda el mejor que encontré sobre este asunto: http://www.nytimes.com/2006/01/15/magazine/15japanese.html)
4) Citando al gran Víctor Hugo "El trabajo endulza siempre la vida, pero los dulces no le gustan a todo el mundo". Interesante.
Quedo de ustedes.
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