Hace poco me topé con la historia de un dude bien fan de Kant que decidió hacer el experimento de no decir mentiras por un año.
Sí, ¡un año!. Yo no podría pasarme ni 2 días sin mentir.
Resulta que este guey ya le tuvo que decir a su hijo que Santa Claus no existe (¿el niño qué culpa tiene de los rollos de su jefe?) y ha decidido plasmar la experiencia en papel (porque ¿qué chiste tendría no cuentearte a nadie en un año entero si no vas a recibir compensación alguna?) y publicará un libro seguramente con el mismo filosófico kantiano que el epílogo que ya está disponible en la página web (thecompletekant.com) y de donde saqué el penoso fact de Papá Noel.
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